Informe anual de impacto 2020

Al comenzar un nuevo año teñido de optimismo, la tradición de resumir los últimos doce meses de Food Forward se me antoja una tarea surrealista y desafiante.

El año que recoge este informe anual fue -y esperemos que siga siendo- como ningún otro. En 2020 nos golpearon, no sólo como país, sino como civilización entera. Una pandemia repentina provocó una crisis económica internacional. A la reactivación de un movimiento mundial por la justicia racial le siguieron incendios sin precedentes en nuestro Estado, coronados por unas elecciones nacionales cruciales.

Para Food Forward, sentó las bases de lo que sin duda ha sido el año más duro al que nos hemos enfrentado como organización. En retrospectiva, hizo que nuestra primera década se pareciera mucho a un ensayo general.

A mediados de marzo de 2020, cuando comenzamos este largo y extraño viaje a través del espejo con nuestro primer bloqueo, nuestro equipo respiró hondo y se aseguró de que todo el mundo estaba a salvo. En cuanto se nos consideró una "empresa esencial", nos lanzamoscolectivamente de nuevo a nuestro trabajo,que ahora era más crítico que nunca.

Al igual que muchos de ustedes, la primavera pasada vimos con angustia cómo millones de estadounidenses, algunos de ellos en situación de inseguridad alimentaria y otros que ya luchaban por alimentar a sus familias, serpenteaban durante kilómetros frente a los bancos de alimentos. Al mismo tiempo, los agricultores, sin mercados para sus productos ( frutas y verduras ), arrasaban campos enteros.

Pero, a partir de la conmoción, surgió un imperativo moral, no muy distinto del que sentí antes de fundar Food Forward hace doce años, sólo que mucho más intenso. Apenas unas semanas después del inicio de la pandemia, a principios de mayo, nos comprometimos colectivamente a poner en marcha nuestra eficaz e impactante maquinaria de recuperación frutas y verduras y ampliarla lo mejor que pudiéramos para hacer frente al tsunami de necesidades.